¿Qué es
poesía?— preguntó el político al poeta.
¿Qué es
poesía? ¿Y tú me lo preguntas? —respondió el poeta— Podría hablarte de las flores, de los campos en primavera, del oleaje salvaje de los mares del norte, de cielos llenos de estrella, de puestas de sol, del amor incondicional, de las miradas esquivas de los amores primeros, de la ternura y la sinceridad que reflejan los ojos de los niños, ... Podría hablarte de cosas que tu vista no vería, que tu oído no escucharía, que tus manos no palparían, que tu olfato no olería y que tu boca no degustaría; podría evocar tantas y tantas cosas que son poesía... Sin embargo, y con todos mis respetos, aunque empeñara el resto de
mis días y agotara todas las palabras de todos los idiomas que se hablan en el
planeta, y aunque tú y yo viviésemos eternamente, ni tu cabeza comprendería qué es poesía ni tu corazón podría sentirla.
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